sábado, 17 de enero de 2009

LA CONFESIÓN CON UN SACERDOTE

Acerca de la Confesión con el Sacerdote
Palabras del Señor a la Hermana Faustina Kowalska de Polonia (beatificada)
Cuando tu vayas a la confesión, a esta fuente de Misericordia; la Sangre y Agua que fluyó de mí Corazón siempre fluye sobre tu alma... En el Tribunal de la Misericordia [El Sacramento de la Reconciliación]... los milagros mas grandes toman lugar y se repiten incesantemente...Aquí la miseria del alma se encuentra con el Dios de Misericordia. Vengan con fe a los pies de mi representativo... Yo mismo estoy esperándoles allí. Yo tan solo estoy escondido por el Sacerdote... Yo mismo actúo en tu alma... Haz tu confesión ante Mí. La persona del Sacerdote es, para mi, solamente una pantalla. Nunca analices que clase de Sacerdote es que Yo estoy usando; ábrele tu alma en la confesión como si lo hicieras conmigo, y Yo te llenaré con Mí Luz... Así estuviera un alma como un cadáver descompuesto, de tal manera que desde el punto de vista humano no hubiera esperanza de restauración y que todo ya estuviera perdido, no es así con Dios. El milagro de la Divina Misericordia restaura esa alma en plenitud.... Desde esta fuente de Misericordia las almas atraen gracias solamente con la vasija de la confianza. Si su confianza es grande, no hay límite a mi generosidad.
Nuestro Señor ha enfatizado la necesidad de que nosotros vayamos a la confesión y de que le recibamos en la Sagrada Eucaristía para que podamos obtener los más grandes regalos de su Misericordia.
Como católicos tenemos la fuente de Misericordia en el confesionario y en la Preciosa Sangre de la Eucaristía.

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